Lamentablemente, hoy en día, el modelo de enseñanza más común en nuestro sistema escolar sigue siendo aquello en que los estudiantes se sientan en filas, tienen que mantener silencio y simplemente prestar atención mientras escuchan al maestro hablar, tomando notas y siguiendo las explicaciones de la materia en sus libros y en la pizarra. Sin embargo, ese formato dificulta que los estudiantes construyan sus propias ideas, especialmente cuando estudian Historia, y los relega al papel de espectadores pasivos que pueden memorizar lo que oyen, pero que son mantenidos alejados del contenido real que deberían estudiar. Teniendo eso en cuenta, la misión de este libro es ayudar a los lectores a pensar de manera innovadora y a entender cómo la adopción de recursos audiovisuales en las clases de Historia, puede ofrecer a los estudiantes una participación más activa en el proceso de estudio para que puedan construir su propio conocimiento.