Álvaro García Linera no es solo un teórico, sino un lector de su coyuntura afectado por sus propias condiciones de existencia. Desde el primer “Qhananchiri” y su paso por el grupo Comuna hasta la vicepresidencia de su país, su producción está atravesada por Marx, Lenin, Mariátegui, Aricó y Zavaleta Mercado. La cuestión indígena, la “Guerra del Agua” y la pregunta leninista ¿qué hacer? motorizan su búsqueda de una nueva forma estatal que reúna la dispersión, preserve la autodeterminación de la sociedad, reactive las prácticas comunitarias y sostenga un proceso revolucionario. Contra la idea de que hay un García Linera “autonomista” y otro “estatista”, Ramiro Parodi muestra que estamos ante un pensador de la novedad que elabora una idea de Estado como proceso paradojal, incompleto y abierto.